"FLAMENCO NEOLÍTICO"
El cauce del Toril se labra a palo seco, como la música en el martinete. Con vocación de piedra se extrae todo lo que por su juventud aún no ha llegado a hacerse visible, que queda sumergido en el agua y oculto bajo los juncos negros. Es martinete este picar de picar la acequia, de liberar el cauce al agua que reclama fluir al lado del viento. De esta manera siguiéndole a la Acequia la corriente sobria, nos abre a su más profundo secreto. Es en el quitar lo superfluo donde tiene la razón del crecer, en el fluir donde se halla la base del permanecer: entre hierro y hierro del duro trabajo de la fragua, donde el quejio aviva las brasas para expresar el alma.
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